Hablando con mi marido el otro día me di cuenta de que a las mujeres todavía nos queda mucho trabajo por recorrer para ser comprendidas y para que se acepte nuestra diversidad: porque no hay dos mujeres iguales. El feminismo es un movimiento muy positivo pero que también lleva consigo efectos colaterales no del todo deseados. La lucha de las mujeres por la igualdad nos pone a todas en el mismo saco cuando no debería ser así. Se mezclan conceptos y se abusa de las generalizaciones.
Con mi marido salió el tema del aumento de pecho de una amiga, un persona muy feminista y reivindicativa. Tal vez no sea lo más habitual, pero yo no lo veo en absoluto contradictorio. Mi marido decía que cómo se iba a justificar en su partido político y ante sus correligionarias. Pero cada uno hace con su cuerpo lo que cree conveniente, lo mismo que con sus ideas políticas. Eso es respeto por la diversidad.
La historia de mi amiga es bastante especial, porque ella misma es muy sui generis. La conozco desde hace muchos años y siempre tuvo bastantes traumas con su cuerpo. Hablaba abiertamente de que no sentía bien y sé que, durante bastante tiempo, lo pasó realmente mal incluso con alguna depresión. Pero, después, encontró su sitio en algunos movimientos sociales que contribuyeron a que recuperara autoestima.
Un día me habló de que estaba pensando en aumentarse el pecho. Me dejó sorprendida, pero como yo trabajo en este ámbito, le recomendé una clínica de aumento de pecho en Vigo. Me pidió que fuera con ella, al menos la primera vez, y accedí sin ningún problema. No me tuvo que explicar nada, ni yo le pedí explicaciones.
A pesar de que yo tengo poco pecho, nunca me operaría porque no va conmigo. Y, sin embargo, yo tengo ideas menos revolucionarias que me mi amiga que sí se hizo esa operación en la clínica de aumento de pecho en Vigo. Mi marido, el pobre, como muchos hombres, piensan que solo hay dos o tres tipos de mujeres, pero no, cada mujer es un mundo y no debemos justificarnos por nuestras decisiones sobre nuestra vida y nuestro cuerpo, eso es también empoderarse.