Los divorcios amistosos son aquellos en los que ambos cónyuges están dispuestos a disolver el matrimonio y están de acuerdo en los términos en los que dicha disolución se llevará a cabo. Estos acuerdos tienen que abarcar todos los aspectos que se tratan en un divorcio y van desde el reparto de los bienes materiales hasta las decisiones que tienen que ver con la custodia de los hijos o las pensiones que correspondan.
Aunque solemos imaginar el divorcio como una confrontación, son muchos los que acaban de una manera amistosa o, cuanto menos, civilizada. Cuando esto es así, el ahorro de tiempo y de dinero es más que considerable. Para empezar, ambos pueden contar con un mismo abogado que pueden contratar en un bufete de abogados especialistas en derecho de familia en vigo para que redacte los acuerdos pertinentes.
Al inicio del proceso de divorcio pueden surgir algunas discrepancias, sobre todo cuando hay niños o bienes en común. En estos casos puede ser útil la figura de un mediador. El mediador es alguien neutral que se encarga de realizar propuestas con las que ambas partes puedan estar de acuerdo. Esta figura es habitual cuando hay discrepancias sobre la custodia de los hijos, pero no es el único campo en el que trabajan pudiendo mediar también en el terreno económico. Dado que es una figura neutral, siempre será más fácil aceptar lo que dice que cuando se enzarzan dos abogados enfrentados.
Dependiendo de la cantidad de trabajo que pueda haber en un juzgado el divorcio amistoso puede tardar entre cuatro y seis meses de media una vez presentada la demanda. Un plazo muy corto, especialmente si se compara con algunos divorcios contenciosos que pueden alargarse hasta los dos años e incluso más. En cuanto a los gastos, dependerá de los honorarios del abogado escogido, pero dado que solo se paga a un letrado, el ahorro es más que evidente.
Además de conseguir este tipo de acuerdo de forma rápida y económica, el divorcio amistoso tiene un coste emocional mucho más bajo que el contencioso, tanto para los que en su día fueron pareja como para los hijos que pueda haber en común. De hecho, estos últimos son los que más agradecen este tipo de finales. Evitar guerras y peleas innecesarias que alargan el proceso, hará que todo sea mucho más fácil de asimilar y pronto todos se acostumbren a la nueva vida y a las rutinas que se generan con esta.