Los litigios por impago de salarios están a la orden del día por la difícil situación postpandemia y la morosidad creciente de PYMEs y grandes empresas en sectores como la automoción, la alimentación o el de servicios. Son los trabajadores los que se llevan la peor parte. Antes de cursar una demanda de reclamación de salarios en Vigo, deben contemplarse recursos como la mediación de la Inspección de Trabajo o la papeleta de conciliación.
En concreto, la reclamación de salarios se define como una demanda judicial por la cual un empleado exige a su empresa el pago de una cantidad económica a la que tiene derecho como parte de su contrato laboral. Si bien la cuantía de esta deuda carece de límite, el demandante debe tramitar su reclamación en un plazo de doce meses desde el primer impago.
Antes de optar por la vía judicial, es recomendable agotar soluciones alternativas, como la denuncia del caso ante la oficina correspondiente de la Inspección del Trabajo. Si los inspectores y subinspectores dan la razón al afectado tras estudiar su caso, interpondrán una multa a la empresa.
Otro recurso extrajudicial es enviar un burofax o requerimiento notarial a la empresa. Con ello, se logran dos objetivos: primero, demostrarle a la compañía que el empleado «va en serio» y, segundo, dejar una constancia documental que acredite la reclamación.
Si las medidas anteriores no resultan, el afectado dispone todavía de una ‘última bala’: la papeleta de conciliación, documento que busca un acuerdo in extremis entre el trabajador y la empresa. Se tramita por medio del Servicio de Conciliación Administrativa de la CC.AA correspondiente.
Agotados los recursos extrajudiciales, al trabajador no le queda más remedio que formalizar una reclamación judicial por salarios impagados. Como parte de este proceso legal, el interesado deberá aportar documentos como el contrato laboral, las nóminas o el historial de comunicaciones con la empresa, entre otros.