Soy empresario de ocio nocturno desde hace veinte años y conozco muy bien el negocio. Sé que con la que está cayendo nuestro sector es uno de los más atacados y en algunos casos con razón: pero también es cierto que no pueden pagar justos por pecadores ni meter a todo el mundo en el mismo saco. ¿Que la apertura de negocios nocturnos fue un poco precipitada? Tal vez, pero la mayoría de nosotros cumplimos lo que iban dictando las normativas que, por cierto, cambiaban cada semana volviéndonos a todos locos.
Porque los empresarios del ocio nocturno sabemos bastantes cosas sobre normativas. Por ejemplo, con el tema de la insonorización. Si eres una persona como yo con varios locales no tienen ningún sentido no acatar la normativa: no solo me mostraría insolidario con el descanso de los vecinos, sino que tampoco sería práctico desde un punto de vista económico. Al final, el coste que supone el cierre de un local por no cumplir con la norma no compensa a nadie.
Hace un par de años, por ejemplo, alquilamos un negocio que había dejado otro empresario: era un pub que había sido clausurado por no cumplir con la normativa municipal de ruido. Analizado un poco el problema, pedí presupuesto en una firma de Aislamiento de Techos y trabajos de tabiquería seca en Pontevedra con la que suelo trabajar y mi equipo y yo llegamos a la conclusión de que nos compensaba insonorizarlo en caso de finalmente alquilar el local. Era un sitio muy interesante y cercano a otro de mis locales por lo que cumplía los requisitos.
Desde luego, si nos estás dispuesto a cumplir las normas es mejor dedicarte a otra profesión. El ocio nocturno es un sector delicado y que debe estar abierto a negociar. Puede que algunas normas sean más o menos justas, pero primero hay que cumplirlas y después negociarlas para que se produzcan cambios si no estás de acuerdo. Con el Aislamiento de Techos y trabajos de tabiquería seca en Pontevedra el local pasó a cumplir las restricciones de ruido y pudimos reabrir el pub que se convirtió en un sitio de moda, aunque ahora tengamos que cerrar a las doce.