Dicen que pocas leches igualan al sabor de la mejor leche gallega. Pero no es algo que se diga sin más, sino que son afirmaciones que se basan en realidades muy fáciles de ver. Muchas de ellas ligadas a la tradición y otras a las propiedades de la tierra en sí misma.
En la Galicia rural lo tradicional hasta hace pocos años es que en las casas en las que se lo podían permitir hubiera una o más vacas. De hecho, esta era una forma de medir la riqueza de cada familia, por el número de vacas que se permitían tener. Estos animales se cuidaban de una manera muy tradicional. Se llevaban a pastar al campo durante el día ya que había abundancia de campos verdes. Por eso, su leche tenía el mejor sabor.
Actualmente, las granjas se han modernizado mucho. Desde hace décadas los procesos de ordeño se realizan con máquinas, lo que garantiza la menor contaminación posible. Pero como los campos continúan siendo abundantes y las zonas de pasto relativamente económicas, continúa siendo muy rentable que las vacas se alimenten de hierba de manera principal.
Esto hace que la llamada leche de pastoreo haya tenido mucho éxito en Galicia, ya que muchas granjas cumplían con los preceptos al cien por cien o no han tenido grandes dificultades para adaptarse. A fin de cuentas, este tipo de leche de alta calidad se basa en la tradición y en la manera de alimentar al ganado que se ha hecho toda la vida.
Pero la calidad de la leche no va solo en la alimentación tradicional del ganado. También es necesario contar con un desarrollo tecnológico importante. Desde que la leche se ordeña hasta que llega a las mesas hay todo un proceso. Y cada paso de este proceso, desde el transporte hasta la pasteurización y el envasado, deben de ser debidamente controlados.
Este desarrollo tecnológico también se da en las granjas y en la fábricas de procesamiento y envasado de las empresas lácteas gallegas y por eso tanto la leche como los productos derivados tales como mantequillas o natas, tienen la excelente calidad que los ha hecho famosos en toda España.
Pero para quienes todavía tengan dudas, la mejor manera de comprobar todo esto es probando la deliciosa leche gallega y descubriendo por ellos mismos su sabor y su calidad.