Cuando se eligen zapatos para ir al colegio se busca en ellos unas cualidades muy diferentes de los zapatos para vestir. Estos últimos deben de ser bonitos, adaptados a la moda y que combinen con su ropa, pero en los zapatos para colegio niño de toda la vida triunfan modelos clásicos que varían muy poco de generación en generación.
Esto es así porque cumplen con características básicas muy importantes que garantizan todos los cuidados que necesita el piel del menor, pero también con todo lo que cualquier adulto puede pedir a un calzado para el cole.
Para empezar, deben de tener una buena horma. Esto es muy importante, porque unos zapatos de mala calidad pueden causar alteraciones en la pisada. El modo en el que el niño pisa es fundamental para la buena salud oseoesquelética y por tanto es importante que los zapatos le ayuden a hacerlo correctamente. Para garantizar esto se recomienda comprar calzado realizado en la Unión Europea, conforme a sus normas de calidad.
También deben de ser de un buen material, que permita la transpiración. Por eso se recomienda que el calzado de los niños sea de piel o, en su defecto, forrado totalmente de piel. Los calzados sintéticos hacen que el pie sude y la humedad no transpire lo que puede causar problemas de hongos e irritaciones en la piel.
Por supuesto, los padres queremos que los zapatos de los niños sean resistentes, así que siempre que sea posible hay que escoger modelos que tengan algún tipo de refuerzo en talones y puntas que es donde más sufren el desgaste. Esto no siempre es posible, pero si la piel es de mucha calidad aguantará más que si es una piel de mala calidad o una polipiel.
Por último, los zapatos deben de ser fáciles de abrochar para el pequeño, por eso los cierres de velcro son los más demandados para el calzado del colegio. Así, el niño podrá ponerse y quitarse los zapatos sin ayuda de nadie. Esto también le ayudará a vestirse antes por la mañana y poder hacerlo solo.
Recopilando, ahora sabemos que los zapatos de los niños deben de ser preferentemente de fabricación europea, hechos el piel de calidad, con cierres de velcro y siempre que sea posible, con refuerzos en punteras y talones. Si además encontramos un modelo que guste al pequeño, estaremos ante los zapatos perfectos.