A pesar de su impopularidad, las tarjetas revolving en Vigo y otras provincias han incrementado su demanda en un 18%, según datos de la consultora Accuracy. Esta clase de tarjetas de crédito continúa siendo desconocida para una parte de los consumidores, que recelan de sus beneficios debido a la mala prensa que ha arrastrado en los últimos años.
Una tarjeta ‘revolving’, o de crédito renovable o rotativo, es un producto financiero diseñado para postergar el pago de las compras mediante el fraccionamiento de esta obligación en un número de meses, de forma similar a los préstamos al uso. Sin embargo, este sistema de crédito otorga una gran libertad al usuario, que puede decidir qué cantidad de pago quiere afrontar; dependiendo de su cuantía, la entidad bancaria correspondiente establece el cálculo de los intereses asociados al préstamo.
Como es lógico, cuanto menor sea el precio de las cuotas, mayor será la duración del préstamo y, por consiguiente, mayores serán los intereses que el banco aplicará al contratante. Por esta razón, el interés de ciertas tarjetas ‘revolving’ ha alcanzado el 25%.
La comercialización de tarjetas ‘revolving’ no es cosa de una minoría de firmas bancarias. BBVA, Bankia, Openbank, Santander, Bankinter y otras entidades de peso en el sector bancario español ofrecen este producto financiero y han obtenido una rentabilidad notable.
En concreto, el funcionamiento de una tarjeta ‘revolving’ es el siguiente: los clientes obtienen dinero por adelantado, pero deben asumir su devolución íntegra, juntamente con unos intereses y bajo unas condiciones determinadas. A diferencia de otras modalidades de préstamo, estas tarjetas presentan una flexibilidad poco común, ya que la parte contratante puede devolver el crédito de dos formas: (1) pago diferido, es decir, fraccionando el pago en múltiples cuotas, y (2) pago único, lo que supone devolver el 100% del dinero prestado y los intereses de una sola vez.