Muchas personas creen que la leche no puede formar parte de una dieta de adelgazamiento porque consideran que es un producto demasiado rico en grasas. Sin embargo, esto es un error. La cantidad de grasa en la leche entera es de 3,6 gramos por cada cien mililitros de producto. Para que nos hagamos una idea, esto es más o menos la mitad que la carne de pavo, la cual es considerada muy dietética. Por tanto, incluso tomando leche entera, estaremos ante un producto que puede formar parte de un menú normal.
Pero además, la leche de vaca tiene un alto contenido en proteínas y por eso es utilizada por muchos deportistas para reforzar su dieta. Pero si eres de los que todavía quieren más entonces te gustará saber que marcas como central lechera han sacado al mercado leche 0%, totalmente libre de grasa pero con los mismos valores de proteínas.
Esta leche contiene solo 32 calorías por cada cien mililitros, lo que equivale a 80 calorías en un vaso grande. Una cantidad de leche normal para un día en el que se tomen dos cafés con leche y un batido que contenga además fruta u otros ingredientes. Como se puede ver, los valores de esta leche son tan buenos que incluso si un día se excede esta cantidad no se estará cometiendo un fallo irreparable.
Por otro lado, los yogures también tienen valores muy buenos, especialmente los yogures desnatados. Pero ya no se trata solo de las calorías, sino de su gran poder saciante. Un yogur es un arma muy efectiva para calmar un ataque de hambre de manera muy sana, aportando al cuerpo proteínas y consiguiendo mantener a raya los kilos de más. Como su sabor es dulce, calma la ansiedad que se produce durante las dietas de adelgazamiento.
El queso de burgos también se comercializa en su versión 0%, al igual que la leche, y también resulta muy saciante. Es perfecto para añadir en ensaladas o para tomar en meriendas o desayunos. Otro producto muy sano con el que se puede variar en la dieta.
Pero además, con la leche el yogur y el queso fresco se pueden elaborar recetas para poder variar en la dieta sin añadir calorías. Un ejemplo son los bizcochos proteínicos elaborados con avena, yogur y pequeñas cantidades de leche en polvo desnatada y que muchos deportistas consumen para coger fuerzas sin coger peso.