¿Cuál es el mejor material para tus sillas y mesas de terraza?

Las mesas y sillas para terraza tienen que ser resistentes, prácticas y a la vez muy cómodas. Conseguir todo esto garantiza una terraza perfecta que se va a usar cientos de veces y que será el mejor lugar de la casa. Pero, ¿de qué material deben de ser estos muebles? En el mercado tenemos varias opciones.

Para empezar, tenemos los muebles de madera. La madera es muy bonita, altamente decorativa y le dará una gran elegancia a la terraza. Pero hay que tener en cuenta que si no es de calidad, cogerá agua, hinchará y pronto comenzará a deteriorarse. Si es una madera buena, pensada para exterior, como la teka, entonces puede durar mucho tiempo. Lo que sí se debe de tener en cuenta es que la madera hay que tratarla y barnizarla cada cierto tiempo para que se mantenga bonita.

Si no quieres realizar mantenimiento, puedes optar por muebles de aluminio. Son ligeros, tienen diseños diferentes y no se estropean ni con el sol ni con la lluvia. Pero el aluminio tiene en su contra que es un material con un tacto no excesivamente agradable para sentarse, ya que se enfría mucho en invierno y puede estar muy caliente en verano. Si vas a poner muebles de aluminio en la terraza, tendrás que comprar cojines. Otro problema del aluminio es que no es demasiado elegante y la terraza puede acabar pareciendo la de un bar cualquiera.

Los muebles de mimbre o de ratán pueden ser una buena alternativa, pero si son naturales nos encontramos con que son delicados y no son muy adecuados para exterior. Pero el ratán sintético puede ser una alternativa ideal porque permite diseños muy modernos, son ligeros y fácilmente manejables, fáciles de limpiar y muy cómodos. Por todos estos motivos, el ratán sintético está triunfando en todas las terrazas en los últimos años y se ha convertido en la mejor opción en relación calidad/precio. 

Recuerda que elijas la opción que elijas, siempre debes de tratar de que los muebles tengan la mejor calidad ya que si van a quedar en el exterior, tienen que ser capaces de soportar agua, lluvia, cambios de temperatura y, dependiendo del lugar, incluso heladas. Si aciertas con tus muebles, descubrirás que aunque pagues un poco más merecerá la pena porque los vas a amortizar con todo el uso que les darás.

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