Cada año miles de pasajeros pierden vuelos debido a retrasos en el check in, problemas de equipaje o dificultades durante el estacionamiento. Esta molesta situación puede evitarse siguiendo una serie de buenas prácticas. Por ejemplo, eligiendo el Parking Blanco Aeropuerto Madrid, Barcelona u otras terminales frente a las plazas públicas. Esta opción, pese a ser menos económica, ofrece mayores garantías y una ubicación siempre céntrica, que eliminará cualquier contratiempo a la hora de aparcar.

 

Por otra parte, formalizar el check in online ahorrará un valioso tiempo durante el embarque. Este proceso, disponible en la propia web de la aerolínea, presenta ventajas inestimables, como la ausencia de colas o la posibilidad de cumplimentar los datos sin prisas de última hora, pudiendo realizarse 24 ó 48 horas antes del despegue.

 

El equipaje también puede ser enemigo de la puntualidad. Familiarizarse con la normativa de cada compañía aérea ayudará a evitar conflictos antes del embarque. Generalmente, el exceso de equipaje, los gastos imprevistos por agregar maletas de mano o la presencia de objetos prohibidos son fuente de problemas durante su facturación.

 

En el caso de volar con escalas, los pasajeros deben vigilar el tiempo de conexión, es decir, el lapso entre la llegada de un vuelo y la salida de otro. Es habitual que los turistas aprovechen este periodo (de 1 a 2 horas) para visitar puntos de interés en las inmediaciones del aeropuerto. Sin embargo, desentenderse del reloj puede motivar la pérdida del siguiente vuelo, con todas las molestias que conlleva.

 

Por último, los viajeros inteligentes deben asegurarse de que su documentación esté en regla. La pérdida de validez de un pasaporte o la ausencia de visado es suficiente para acarrear un retraso fatal. Además, la crisis sanitaria del Covid-19 ha agregado nuevas pautas de seguridad que incrementan los tiempos de espera antes del vuelo. Estos deben ser considerados al planificar la llegada al aeropuerto.